lunes, 3 de junio de 2013

A otro perro con ese hueso.

Si el “y si…” ya me gustaba poco, no os hacéis una idea el asco que me da la palabra expectativa.  La Real Academia Española la define como:
1. f. Esperanza de realizar o conseguir algo.
2. f. Posibilidad razonable de que algo suceda.
3. f. Posibilidad de conseguir un derecho, una herencia, un empleo u otra cosa, al ocurrir un suceso que se prevé.
Pero claro, que nos podemos esperar ya de la RAE, que admite “almóndiga”, “cocreta”, “vagamundo”, “dotores”, “murciégalos” y un sin fin más de patadas al diccionario. La única “palabra” nueva (por llamarla de alguna forma) que me hace gracia es “SinWERTgüenzapero en fin… ese es otro tema.

Volviendo a lo de antes, para una servidora la definición de expectativa sería algo tal que así: 
  1. Creación de falsas promesas.
  2. Posibilidad de querer venderte gato por liebre.
  3. Posibilidad razonable de desilusión a corto/medio plazo. 
Vamos en resumen sería un “no te creas nada de lo que te estén contando, no es más, que una burda mentira para tenerte contenta”.

Y digo esto, porque es así como me siento cuando me prometen el oro y el moro sin estar 100% seguros. Que no es que sea pesimista ¡OJO! para nada. Pero hacer el favor de no vender la piel del oso antes de cazarla, que luego pasa lo que pasa.


Besitos folclóricos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario